Mientras los profesionales médicos han confiado en el Índice de Masa Corporal (IMC) durante décadas, esta relación simplista entre altura y peso finalmente está enfrentando un cuestionamiento largamente esperado. ¿La verdad? El IMC está fundamentalmente defectuoso. Ignora completamente la composición corporal, llevando a situaciones bastante ridículas. Como ese atleta musculoso que técnicamente es «obeso» según su IMC. Sí, claro.
El IMC es una reliquia defectuosa que hace que los atletas musculosos sean «obesos» mientras ignora la composición corporal real. Dinosaurios médicos, conozcan la realidad.
Los problemas son más profundos. Las categorías del IMC son básicamente líneas arbitrarias trazadas en la arena. No tienen en cuenta las diferencias de sexo ni las variaciones étnicas en la composición corporal. Un hombre asiático de 1.78m y un hombre negro de 1.78m con IMC idénticos podrían tener perfiles de salud completamente diferentes. Sin embargo, los médicos han estado tratando estos números como si fueran el evangelio. Ridículo.
Las organizaciones médicas finalmente se están poniendo al día con la realidad. Más de 75 grupos médicos ahora respaldan nuevos enfoques que combinan el IMC con otras medidas. La circunferencia de la cintura está recibiendo la atención que merece. ¿Esos cuerpos tipo manzana con grasa alrededor del medio? En realidad son más preocupantes que los tipo pera. ¿Quién lo diría? (Los científicos. Los científicos lo sabían desde hace décadas.) Los estudios muestran que el almacenamiento de grasa abdominal desencadena directamente trastornos metabólicos. Antes de finales del siglo XX, los problemas de peso ni siquiera eran considerados significativos por pacientes o médicos.
Las nuevas definiciones tienen más sentido. La obesidad clínica ahora significa tener un IMC alto más problemas reales de salud. La obesidad pre-clínica significa que tienes el IMC pero aún no hay problemas de salud. Es matizado. Concepto novedoso, ¿verdad? El cambio podría reclasificar aproximadamente al 20% de los individuos previamente etiquetados como obesos.
Mientras tanto, nuestra obsesión con el IMC ha alimentado una industria de pérdida de peso multimillonaria sin proporcionar absolutamente ninguna mejora de salud a largo plazo. Hemos creado una sociedad donde la mayoría de las personas en países desarrollados son etiquetadas como «anormales», alimentando el estigma del peso y la discriminación.
Medir la circunferencia de la cintura tampoco es perfecto. Requiere entrenamiento, estandarización y equipo que muchas instalaciones no tienen. Pero al menos es algo. Los límites son claros: más de 89 centímetros para mujeres, más de 102 centímetros para hombres deberían generar preocupación.
El debate sobre si la obesidad es siquiera una enfermedad continúa. Pero una cosa es cierta: las mediciones simplistas no resolverán problemas de salud complejos. El IMC tuvo su momento. Ese momento ya pasó.