Aunque muchos estadounidenses se preocupan por los ataques cardíacos o derrames cerebrales, están pasando por alto una amenaza silenciosa para su visión. La diabetes es ahora la principal causa de pérdida de visión entre adultos de 18 a 64 años en los Estados Unidos. Hay que asimilar esto. La enfermedad que te hace ansiar azúcar puede literalmente dejarte ciego.
Las cifras son asombrosas. Más del 26% de los diabéticos desarrollan retinopatía diabética, y aproximadamente el 5% enfrenta complicaciones que amenazan la visión. ¿Crees que eso es malo? Los adultos con diabetes tienen 40% más probabilidades de desarrollar glaucoma también. Si tienes diabetes durante una década, tus probabilidades de retinopatía casi se triplican. No es exactamente ganar la lotería de la salud, ¿verdad?
La hipertensión tampoco le hace ningún favor a tus ojos. La presión arterial alta daña esos pequeños vasos sanguíneos en tus ojos, al igual que lo hace la diabetes. ¿El doble golpe de diabetes e hipertensión? Es una receta para el desastre. Ambas condiciones causan daño retinal irreversible con el tiempo. Una vez que esa visión se pierde, se pierde para siempre. Las pruebas regulares y la detección temprana pueden prevenir la progresión de la prediabetes a diabetes completa.
La progresión de la retinopatía diabética es insidiosa—desde etapas leves a moderadas, luego severas, y finalmente proliferativas. ¿Cataratas? Las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de desarrollarlas. La degeneración macular se vuelve más prevalente cuanto más tiempo alguien tiene diabetes. Los ojos no fueron diseñados para nadar en azúcar.
El azúcar alto en sangre daña los vasos en todo el cuerpo. Tus ojos no son especiales—son solo otra víctima. Visión borrosa, sensibilidad a la luz, puntos ciegos. Estos no son solo inconvenientes; son señales de advertencia. La presencia de manchas flotantes en tu visión frecuentemente indica que los vasos sanguíneos en la retina han comenzado a filtrar fluido.
Aquí están las buenas noticias—si se pueden llamar así. La detección y tratamiento temprano puede reducir el riesgo de ceguera en un 95%. Los exámenes oculares anuales son no negociables, incluso si te sientes bien. Incluso sin síntomas, los exámenes oculares dilatados pueden revelar signos tempranos de retinopatía diabética antes de que la visión se vea afectada. Controlar los niveles de azúcar en sangre y presión arterial no es solo para evitar la diálisis o ataques cardíacos. Se trata de poder ver a tus nietos crecer.
No esperes hasta que tu visión se vuelva borrosa. Para entonces, podría ser demasiado tarde. Los chequeos regulares, cambios en el estilo de vida y el cumplimiento de la medicación son importantes. Tu yo futuro con visión funcional te lo agradecerá.